Estamos hablando específicamente de Twitter, de Facebook o de todas las redes sociales en general?
—En realidad, de todas las redes sociales. Y eso es lo fantástico de todo ello, que podemos conocer gente, compartir opiniones, comunicarnos de un modo totalmente diferente y compartir información e ideas de una nueva manera. Pero al mismo tiempo, existen nuevos riesgos sobre los que hay que reflexionar.
—¿Qué puede hacer cada usuario de forma específica para protegerse a sí mismo?
—Hay que poner atención en desconectarnos de una red social determinada cuando no vayamos a utilizarla más. Uno nunca puede saber, por ejemplo, qué pasará si le roban el celular. Todos los datos, la información, las fotografías, los videos almacenados pueden ser utilizados por cualquier otra persona que suplante nuestra identidad. Y eso no conduciría a nada bueno, ni profesionalmente ni en el ámbito privado.
—¿Es un problema real, serio, ahora que la gente utiliza sus iPhones y sus otros teléfonos celulares cada vez más para navegar por Internet?
—Absolutamente. También hay que pensarlo desde la perspectiva de una empresa: si alguien se dedica a escribir en vivo a través de Twitter lo que está pasando a su alrededor en todo momento, si tú dices algo, alguien podría grabarlo a través del celular y retransmitirlo por todo el mundo. Una circunstancia que podría provocar un gran perjuicio para la reputación de la empresa. Se trata de algo sobre lo que los directivos deberían reflexionar. ¿Cómo nos enfrentamos a ese mundo nuevo, con esas nuevas herramientas? Que son geniales en un cierto sentido, pero que también pueden ponerte en una situación de riesgo si tu empresa no cuenta con una normativa sobre cómo la gente puede utilizar los nuevos medios sociales
No hay comentarios:
Publicar un comentario